Jornada 22ª: EMFV E 2-2 Seseña Fútbol Base

El partido de hoy ha sido un claro reflejo de la irregular temporada que el equipo está realizando. Tras disputar un gran encuentro la semana anterior ante el segundo clasificado y máximo goleador del campeonato, hoy volvimos a la senda de la irregularidad, sin duda alguna el término que mejor define nuestra campaña y especialmente esta segunda vuelta donde todos hemos ido claramente a menos. Creo personalmente que el equipo ha dejado por el camino el empaque que los chicos lograron con un gran trabajo en la primera vuelta. Hemos dejado de ser un equipo sólido e intenso para pasar a ser un colectivo vulnerable y con una falta de puntería que nos deja sin opciones en la mayoría de encuentros. Porque no ha habido ni un solo equipo ante el que no hayamos tenido nuestra oportunidad de llevarnos el encuentro, no hemos tenido un solo rival mejor que nosotros, pero los pequeños detalles y los demasiados regalos al rival nos han “matado” en la mayoría de ocasiones. Hoy fue como digo un claro ejemplo de todo ello.

A estas alturas de la temporada cada uno está donde debe porque así lo dicen los números y lógicamente por méritos propios. Hablando de números resultan suficientemente explicativos los siguientes: en los primeros nueve partidos de la 1ª vuelta perdimos un único partido, encajamos únicamente 6 goles y marcamos 26, a una media de casi 3 por encuentro a favor y 0,7 en contra. En esta segunda vuelta y en el mismo número de encuentros, de 9 disputados hemos perdido la friolera de 5, hemos empatado el de hoy y hemos ganado los tres restantes; hemos encajado 16 goles (10 más que en la primera vuelta) y hemos realizado únicamente 11 (15 goles menos !!!!); en cinco partidos de 9 no hemos marcado ni un solo tanto. Nuestros magníficos números de la primera vuelta nos evitan el descenso. Para colmo y para empeorar aún más las cifras de esta segunda vuelta hemos cosechado dos rojas directas y ninguna por lances del juego. En mi época dejar a los compañeros con 10 era todo una afrenta al colectivo, sucedía en muy pocas ocasiones y quien se equivocaba era duramente sancionado. Lamento que los chicos tampoco hayan entendido este mensaje.

Todo ello tiene una explicación, pero ello queda para nosotros y para nuestro vestuario. Por supuesto me considero el máximo responsable de este considerable bajón, aunque no olvido que en este mundo del fútbol los jugadores ganan los partidos y los entrenadores somos los responsables de las derrotas, yo asumo mi parte de culpa, que es mucha como digo, pero que cada uno asuma la que le corresponda.

José Gijón