miércoles, 3 de octubre de 2012

ALBERTO EL PORTERO SALVAVIDAS

Desde este pequeño lugar nuestro homenaje para mi buen amigo Alberto que se convirtió en protagonista hace unas fechas al salvar la vida de un compañero mientras disputaba un encuentro de fútbol. Tuve el placer de tenerle como compañero en el At.Valdemoro. El mundo del fútbol es apasionante, pero sin lugar a dudas te da la oportunidad de conocer a una gran diversidad de personas. Alberto estuvo conmigo en un momento muy difícil de mi vida, no sólo estuvo conmigo, estuvo al lado de los míos y su aliento fue muy importante en aquellos días tan complicados. Desde aquí mi gratitud para siempre y mi amistad incondicional. GRANDE Alberto.

Desde que soy entrenador-monitor de fútbol base insisto en la prioridad del estudio por encima de cualquier otra actividad, nos parece muy importante que los chicos se formen bien académicamente. La práctica deportiva debe ser inicialmente una diversión. Esto es un juego en el que los chicos deben divertirse a la vez que aprenden a competir. Se les debe motivar, pero también hay que hacerles ver que el resultado es lo de menos, ya tendrán tiempo de estar en categorías donde lo que prime sea la competitividad. Hay que enseñarles que de las derrotas también se aprende. Incluso más que de las victorias. Se suele decir que de la derrota se aprende porque analizas en que se ha fallado para corregirlo, en cambio en la victoria como lo hemos hecho bien, nadie cuestiona nada. Nunca olvidéis que la única manera de mejorar es con trabajo y mucho, mucho entrenamiento. Y que el fútbol puede ser algo momentáneo, no todos serán Ronaldos, Messis, Casillas, etc., pero la formación académica será el mejor regalo que nosotros los padres podemos poner en las manos de nuestros hijos.
Nuestro fútbol más anónimo también encierra historias que tienen mucho más mérito que las protagonizadas por tipos que se llevan muchos millones de euros al bolsillo. Sucedió estos días de atrás en el campo de El Cotorruelo (Madrid) y tuvo como actor principal a un portero que salvó la vida de un compañero. Faltaban doce minutos para el final del partido, y el Betis San Isidro ganaba por la mínima al filial del Club Deportivo Leganés, dos equipos madrileños. Entonces, en un choque fortuito. Mario, jugador del Leganes B quedó tendido en el suelo de forma inconsciente, apareciendo el otro protagonista de esta historia, Alberto González, el meta del Betis San Isidro. Estuvo muy rápido de reflejos al pedir rápidamente una cuchara para evitar que Mario se tragara la lengua mientras yacía en el suelo. Resulta que Alberto es, además de un compañero comprometido, enfermero que trabaja en el hospital madrileño del 12 de octubre. Sus conocimientos sobre primeros auxilios fueron fundamentales para evitar que esta incidencia hubiera acabado en una desgracia. Pocos minutos después llegó el SAMUR y trasladó a Mario al hospital, donde permaneció en la unidad de cuidados intensivos y evoluciona favorablemente de una fisura en el cráneo y un coágulo.

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